Año: 2015
Empresas productoras: Warner Bros. Animation DC Entertainment
Guion: Shea Fontana, Nina G. Bargiel
Reseña: The Master Jack91
Corrector: Mena
Sin duda, DC Comics siempre ha tenido un buen desempeño en sus películas y series animadas, algunas de las cuales son consideradas, ya sea por los fans o por la crítica, como obras maestras; lo que le ha otorgado un sello distintivo a DC. Cabe destacar que toda editorial, estudio o franquicia tiene como uno de sus objetivos el diversificar y aumentar su público; tómese como ejemplo el “arrowverso”, compuesto por las series televisivas de live-action de DC producidas por The CW, que fueron muy bien recibidas por una amplia audiencia y que cumplieron con el propósito adicional de atraer a un nuevo público, no sólo a las series, sino que también al mundo de los comics.
Es en ese sentido que la nueva serie animada DC Superhero Girls —en realidad, un reinicio de su homónima propuesta anterior— busca competir en el amplio mercado de las “muñecas”, imitando de manera casi descarada la estrategia de Monster High idealizando a la mayoría de los personajes de DC Comics, en la búsqueda del público infantil femenino.
Esta nueva propuesta resalta indiscutiblemente por su animación y demás aspectos técnicos de la misma, iniciando por el nuevo diseño de nuestras protagonistas que cumple con lo esperado: personajes como Supergirl, Batgirl, Green Lantern, Bumblebee, Zatanna o Wonder Woman son fácilmente reconocibles a pesar del aspecto infantilizado. Destacable es también la paleta de colores presente en toda la serie trabajada a la perfección y equilibrando los tonos coloridos o fríos en función de lo propicio para la escena.
Respecto de la animación en sí, es la fluidez de los movimientos su mejor resultado, estando estos muy bien trabajado y casi comparable en calidad con el trabajo presente en series como Rick and Morty o Final Space.
Es el guión de la serie el que presenta, por así decirlo, varias debilidades: la manera en cómo es reinterpretado este equipo de superheroínas —que cuentan con una serie de características reconocibles por el fandom de DC— y el hecho de que sean reimaginadas como adolescentes con un cambio radical en sus respectivas personalidades, crea un punto de inflexión entre lo que ya se conoce y lo que se quiere presentar. Es cierto que este tipo de recurso narrativo es muy utilizado para atraer una audiencia en específico (en este caso el público femenino preadolescente), es absolutamente válido y, hasta cierto punto, necesario.
Aunque cada personaje representa un arquetipo de la adolescencia —tenemos a la rebelde Supergirl, la glamorosa Zatanna, la tímida Bumblebee, la imperativa Batgirl, la pacifista Green Lantern, y la chica nueva Wonder Woman—, la fórmula de este tipo de programas está bien trabajada y presenta una lograda evolución de personajes, lo que marca una diferencia considerable con otras series que utilizan este mismo tipo de recurso narrativo.
Algo indispensable en cualquier serie de superhéroes son los villanos y, hasta el momento, esta carece de ellos y las protagonistas no han tenido un reto real: las motivaciones del primer villano presentado en la serie dejó mucho que desear. Esto, por supuesto, no quiere decir que la serie no esté dispuesta a presentar verdaderos retos o villanos en el desarrollo venidero del programa, pero también es preocupante el hecho de que las recientes series animadas presentan problemas en cuanto a la creación y evolución de villanos, ya sea porque estos o son demasiado para la serie o, por el contrario, son muy insignificantes. Esto es aun más notorio en algunos reinicios de series animadas de nuestra infancia, por lo cual es fundamental que creen verdaderos villanos con motivaciones y métodos amorales, para que el público diferencie entre el bien y el mal.
El potencial de DC Superhero Girls es innegable, y la correcta evolución del guión es vital si están dispuestos a no convertirse en lo que resultaron Las Chicas Superpoderosas 2016. Aunque cuentan el talento de Lauren Faust —conocida por renovar a la franquicia de My Little Pony, cuyo principal fuerte fue su guión excelentemente trabajado, al menos en un principio—, está de sobra mencionar que el talento de una sola persona no garantiza que una serie animada tenga o no un éxito considerable; sin un buen equipo de escritores se corre el riesgo de transformarse en otra serie infantil fallida.
Calificación: 6,9
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